Día 1


Domingo 5 de Noviembre 2017
Bahía Mansa – Puerto Octay

Amanece en el Pacifico, por suerte no llueve, pero dura poco la ilusión de no mojarse.
Salgo de la playa con mi muestra de agua del Océano en una botellita, que me acompañará todo el trayecto para volcar en el otro Océano. Es un ritual que no podía faltar.


Fotos de rigor y al ruedo. Muchas subidas y bajadas y más subidas también. Se destacan en las bajadas la de los 70km por hora.. un demonio sobre ruedas.  Lindo comienzo.


Así de duro, con viento en la espalda llegué a Osorno y ya no llovía. Paramos en una estación de servicio, almorzamos y alisté la bici para continuar solo hasta puerto Octay. Cristina se volvía a Argentina para encontrarnos dos días después en Bariloche.


Ahora si es todo llano, con alforjas, sintiendo como el peso hace que ruedas hagan más ruido en el asfalto. Chau demonio, a meterle fuerza ahora. Mis piernas ya saben que nos arrimamos al umbral de los 100, porque empiezan a avisar. Mi cuerpo está feliz y la acumulación de emociones me da un impulso extra.


Paso por muchos lugares agrícolas, campos, vacas, y pueblitos. Todo lo que veía en los mapas ahora los estaba recorriendo. Muy a paso firme hice los últimos 45km hasta el hostal Zapato Amarillo en Puerto Octay.  Aquí me recibe Armin, que tiene un lugar preparado para ciclistas y toda la amabilidad. Sorprende, tanto así como el estado de las rutas. Lindo país.
Fueron 113 memorables, de fuerza pero placer absoluto.