No es una Carrera, es una Aventura


¿Cómo comenzar a relatar el inicio de todo? En algún lugar tiene que comenzar.  Esta travesía se metió en mi cabeza en los años 90. Una revista llamada Weekend describía la hazaña de un grupo de ciclistas que había cruzado Chile y Argentina, desde el Pacífico al Atlántico.
Era un joven adolescente  pero me atreví  a buscar mapas, cruces a Chile, rutas, vías de tren, etc.  El tiempo fue pasando, me mudé de ciudad, formé una familia, y de alguna manera en algunos viajes y vacaciones fui conociendo algunos lugares que estaban en mi radar hace mucho.  El sur de Chile fue uno de ellos, y las sensaciones de pasar por esos lugares era extraña, como si ya hubiese pasado por ahí.


A veces en auto, a veces en cole, a veces de trekking, y a veces en bici y los lugares se iban sumando. Algo paralelo fue la bici. A veces con muchas travesías, otras veces guardada y hasta una vez sin bici. Que locura haberme quedado sin bici. Ahí me di cuenta que no podía ser así.
Mi sueño no se podía cumplir sin bici. Y ahí un nuevo arranque, nuevas experiencias, nuevos caminos, nuevos crecimientos y nuevas etapas de la vida.


Todo confluye a sentir que uno está preparado para comenzar algo único. Y no fue un momento de lucidez, sino varias cosas, factores, experiencias y personas que me llevaron al punto de partida.
Pasaron más de 20 años del artículo en la revista y ahí comencé la planificación en serio de Dos Oceanos, con todas las herramientas que me dio la vida. Todas.
Transpatagonia, Cruce patagónico, de Este a Oeste, Dos Oceanos, con muchos nombres se la puede encontrar a esta aventura. Es una travesía muy popular, muchos la hicieron empezando,  terminando o atravesando distintos lugares pero en definitiva es la aventura de cruzar toda la Patagonia del Pacífico al Atlántico.


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Este viaje si bien lo hice todo de corrido (11 días de pedaleo), lo planifiqué en  4 etapas. Chile, Línea Sur, Meseta Somuncura  y Tramo Final. Cada etapa con su estrategia, comida, abrigo, pernocte y asistencia. Tal vez suene muy rígido y metódico  pero  la verdad que no podía lanzarme a cumplir mi sueño sin saber cómo ni cuánto tiempo me llevaría hacerlo. Por las dudas me tomé dos semanas de vacaciones  en mi trabajo en Noviembre. Muy extraño ¿no? : Vacaciones en Noviembre.. Es que estudiando el recorrido y el clima no podía ser en otra época mejor que en ese mes.
Y hablando del trabajo que bueno acordarme aunque sea dos líneas, de las personas que me alentaron, que me aceptaron los días de vacaciones (mi jefa),  los que me dijeron “vos estás loco”,  los que me abrazaron, los que se sumaron con su mirada diciendo “vas a cumplir tu sueño” y los que me contaban cuál era su propio sueño. Tremendo todo lo que se generó y aún no había arrancado.


Un capítulo aparate es ella. Cristina. Con su incondicionalidad y espíritu aventurero me dijo “yo te acompaño pero no pedaleo”. Listo, contaba con mi amor para hacerme de asistencia en algún tramo. ¿Qué más podía pedir?
El primer tramo de 3 días lo hice solo con alforjas, el segundo tramo de 3 días con asistencia, el tercer tramo también de 3 días solo con alforjas y el cuarto de 2 días con asistencia también de ella. Un lujo.
¿Y por qué pedalear solo? No lo sé. Se hace difícil encontrar un equipo con el mismo espíritu, disponibilidad, compromiso y ganas de estas locuras.  Tampoco me hice mucho problema, el objetivo era cumplir mi sueño. Hace poco ví que tres amigos habían hecho la misma travesía, casi por los mismos lugares, hasta salieron en  los diarios,  y me decía: que buena onda, la unión y amistad de estos chicos.
Es difícil coordinar de a varios, y la verdad que me sentía muy confiado y tranquilo para emprender este viaje. Las últimas vivencias y entrenamientos me dieron la confianza para encarar, y comenzar a vivir con los ojos bien abiertos mi sueño.